MI AMIGA SILVINA D. SANZO
A 9 AÑOS DE SU PARTIDA
Era una flor,
la más pequeña y perfumada
la que adorna los campos
y los embellece.
La que el viento mece
y las abejas gustan de su
néctar.
Era dulce y buena.
Podía sostener entre sus brazos
un niño hidrocefálico
con el mismo amor
que sostenía y amaba
a sus hijos.
Un día, hace casi 4 años,
una enfermedad,
de esas que uno no quiere
nombrar,
apareció en su vida.
Fueron 4 años de angustia,
de dolores indecibles, de
lucha,
pero de fortaleza que Dios
le regalaba a manos llenas.
Ella decía que luchaba
por ver crecer a sus hijos.
Nunca dejó de atender el teléfono
y agradecer cálidamente las
preocupaciones
y el amor inmenso que le
queríamos hacer llegar.
Me enseñó muchas cosas:
Paciencia, amor a los demás,
desinterés, caridad.
La libertad para los suyos
para que ninguno
dejara de hacer sus cosas
a pesar de estar ella
postrada.
Hoy partió y porque era un
ángel,
Dios, en su gran
Misericordia,
se la llevó a comer los
panecillos
que hace la Virgen en nuestra
otra casa,
y paró su sufrimiento atroz.
Sé que está feliz, pero me
falta.
Sé que me encontraré con
ella nuevamente,
pero me falta.
También sé que Dios pondrá
un bálsamo
en mi alma y en la de sus
familiares
y que poco a poco la iremos
recordando
de una manera menos
dolorosa.
Ojalá llegue pronto ese
momento.
Era una flor,
la más pequeña y perfumada.
Era mi amiga más querida
Silvina D. Sanzo
Que en Paz descanse. 17-3-2009
Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar
Publicado en la Liturgia Cotidiana Julio 2009
Silvina, nunca podré olvidarte. ¡Te fuiste tan pronto querida amiga! Hoy tuve la necesidad de recordarte. Que en Paz descanses. Elsa
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