Solía quejarme mucho del tiempo lluvioso y gris
dejando que me invadiera la nostalgia de mi sol
y así no le permitía a la lluvia suave y mansa
contarme tantos secretos que tiene para decir.
Solía tildar de "horribles" los días de frío intenso
y mis prejuicios bloqueaban mis ganas de sonreir
anulando mis acciones, aniquilando mis sueños
paralizando mi vida en la tristeza sin fin.
¡Cuántas cosas yo solía rechazar en mi existir
sin sospechar que había en éllas un mensaje para mí!
Hoy recibo lo que venga abriendo mi corazón
pues comprendí que "no hay nada que no me hable de mi Dios".
Susana Mirta Piñeiro de Valli
Plottier (Prov. del Neuquén)
susanapaplo@yahoo.com.ar
Precioso Susana. ¿Qué más te puedo decir?
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