Un testimonio que nos brinda luz sobre nuestro destino de eternidad
El padre Steven Scheier fue ordenado sacerdote en el año 1973. Era un sacerdote diocesano y fue asignado a la parroquia del Sagrado Corazón, en la ciudad de Fredonia, al sureste de Kansas.
Un accidente cambio su vida para siempre, y hoy él se siente obligado a dar testimonio de ese hecho que tanta importancia tiene para nuestra comprensión del llamado que Dios nos hace.
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