Querida
amiga, ¡Como ha pasado el tiempo!
¿Recuerdas
el momento en que cruzó tu cuerpo
por
el dintel amado de mi anhelo?
¿Recuerdas
esa tarde cargada de colores?
Con
sus tiempos perdidos y sus rayos de sol.
Y
esas briznas de polvo que flotaban alegres
en
el ambiente pleno de nuestra juventud,
¿Recuerdas
el momento cuando
en
aquel silencio asaltamos el miedo?
Y
así, sin pensar, sin secreto, tiernamente,
a
hurtadillas nos bebimos un beso.
Un
beso que fue chispa, un beso que fue anhelo,
fue
una entrega mundana en donde la pasión,
suavemente,
silente, nos tomó de las manos,
y
nos condujo prestos sin mediar al dolor,
por
el camino largo que nos llevó al amor.
Y
aquella tarde plena, cuando llena de magia
caminaste
serena con rumbo a nuestra unión,
dejaste
atrás la vida, dejaste atrás el tiempo,
y
cubriste tu misterio con mil aromas gratos,
y
con la suave seda de un incipiente amor.
¿Recuerdas
nuestro pelo? Tan dócil y tan negro,
hoy
se pinto de nieve en fatal conjunción
con
el tiempo vivido, y nuestra expiación;
¿Recuerdas
nuestros cuerpos inundados de fuerza
y
feliz juventud? Hoy caminan serenos,
resintiendo
las huellas del tiempo, que sin duda paso
Y
nuestra piel, antaño tan lozana,
Ahora
quebrantada por arrugas perennes,
y
esos achaques largos que atormentan el alma,
y
hacen doler los huesos en recuerdo
sensato
del
que el tiempo ha pasado, el tiempo ya pasó.
Esposa
mía, ¡Como ha pasado el tiempo!
Hoy,
creo que estamos viejos, que no suene la alarma,
pues
creo que tan solo la piel perdió su tono,
y
esa fuerza de antaño y las manos unidas
aún
laten profundo, nuestras frentes en alto
y la
ilusión perenne de un amor inviolado,
Eduardo Martínez Zendejas
(México)
Hermosísimo Eduardo. Te felicito.¡Se parece tanto a mi vida! Elsa
No hay comentarios:
Publicar un comentario