domingo, 1 de noviembre de 2015

COMPARTIENDO: Aída Martha Castelan. ORANDO UNA MAÑANA

ORANDO UNA MAÑANA


Orando una mañana al decir: Gracias, Señor por este nuevo día,   gracias por el don de la vida, por el amor, por Tu fidelidad infinita que hace que todo lo que pedimos nos sea concedido  comencé  enumerando todos los  regalos y comprendí que fueron muchos  a pesar de no merecerlos
Pedí a Dios amar y cuidar a mi padres y eso me dio,
Pedí a Dios que mis padres me amaran, me lo concedió,
Pedí a Dios una hermana y me la dio
Pedí a Dios que supiéramos amarnos y aunque no pensamos igual, nos amamos y nos ayudamos,
Pedí a Dios una juventud alegre con buenos amigos, eso me regaló.
 Pedí a Dios saber amar a todos sin discriminar, me lo concedió.
Pedí a Dios conocer un hombre que me respetara, que me amara y a quien yo supiera amar para toda la vida y Dios misericordioso me regaló lo que pedí.
Pedí a Dios hijos y dos hijos me dio.
Pedí a  Dios que fueran buenos, generosos que sean la luz de nuestros ojos y lo son
Pedí a Dios nietos y cinco me regaló cuatro hermosas niñas y un varón
Pedí a Dios que mi matrimonio fuera indisoluble y feliz, así es.
Pedí a Dios llegar a cumplir las bodas de oro y las cumplí.
Pedí a Dios que mi fe sea fuerte y verdadera, y me dijo: Yo te elegí, te busqué, te cuidé, te amé desde antes que nacieras…
Y ahora… después de tanto pedir y tener lo que quería
Dios me pregunta ante la enfermedad de mi esposo, eres capaz de cuidarlo? …Me amas lo suficiente?
Sabes que estoy a tu lado, te animas?
-      Esto que pides es difícil, Señor. Me faltan las fuerzas, por momentos te pido “Aparta esto de mi”.
Cuando recuerdo que diste la vida de tu Hijo para salvarnos, nos diste al Santo, al Grandioso, al Inmenso…y El sufrió por mí, por nosotros, por todos los hombres. Me avergüenza mi falta de fuerzas, mi falta de esperanza y cuando esto pasa.
Me reconforta recordar que Jesús en su momento dijo: “Si puedes aparta este cáliz de mi, pero no se haga mi voluntad sino la Tuya”
Allí recapacito y aunque con lágrimas en los ojos y mucho temor te digo “HÁGASE TU VOLUNTAD, SEÑOR Y NO LA MIA”
                                               Aída Martha Castelan – 22/09/2015

Querida Aída. Mucho dolor hay en esta carta, pero yo sé que llevas una cruz muy pesada y la comprendo. Ojalá el Señor te escuche y te la aliviane. Lo deseo de corazón. Elsa 

No hay comentarios:

Publicar un comentario