El 12 de Julio fallecía una de mis más queridas amigas: Mariana Baglietto. Yo hice un poema de despedida que muchos de ustedes leyeron.
El sábado 1 de Agosto, los vecinos del barrio de Caballito hicieron celebrar una misa para ella y para su esposo Atilio Baglietto. Un matrimonio amigo, leyó la historia de estas dos personas que dieron su vida en pos de catequizarnos en la Fe.
He aquí lo que rememoraron en la misa:
Transcurre 1994. Nace un sueño.
Dos amigos: el entonces Cardenal Jorge
Bergoglio y un vecino de la zona Don Atilio Baglietto, mirando por el balcón
sobre la calle Avellaneda, dejan volar el corazón y ven una iglesia dentro del
espacio vacío del ferrocarril de la estación Caballito.
Y también existe la presencia y asistencia de
una mujer: Mariana Baglietto, esposa de Atilio.
Otro acontecimiento: tres vecinos, al salir
del edificio donde viven ven una imagen
de María de Lujan en el frente de la comisaria 13, hermosa y
premonitoria.
Así el sueño comienza a ser una realidad.
Pasado un tiempo, el 07/11/96, Mariana, junto
a un grupo de vecinos y muchas vecinas, se juntan en la esquina de Avellaneda y
Andrade y empiezan a desgranar las cuentas del rosario, pidiéndole a María la
ayuda necesaria para plasmar el sueño de aquellos dos hombres de Dios.
Al día siguiente se repite el rezo del rosario
y el 23/12 se cierra el año con el tercer rosario rezado por una nutrida
concurrencia.
María abre sus brazos y el germen de la
comunidad comienza a florecer en el corazón de la gente.
El 08/02/97 nace el centro interparroquial
Nuestra Señora de Lujan, y surgen Esther y Carlos Roberti para abrir el garaje
de su casa, en Andrade 360 para la realización de las celebraciones religiosas.
El Señor Cardenal siempre atento, dispuso que
el Padre Gustavo Mascó se hiciera cargo de esta naciente comunidad, y el
08/05/97 se realiza la primera de las misas, y de allí en más la Santa Misa nos
acompañó siempre hasta el día de hoy.
El tiempo sigue andando. Cuando le preguntamos
a María si el camino era el correcto, el jazmín de la entrada de la casa de
Roberti se llenó de flores blancas fuera de tiempo.
Después, el Señor lo llamo a Carlos y la venta
de la casa nos condujo hasta la casita de enfrente, de Andrade 363.
En ella y la playa de estacionamiento de la
comisaria 13 se realizaron misas y bautismos, muchas veces con la presencia del
Cardenal Bergoglio y de Monseñor Sucunza que acompañaron la perseverancia del
Padre Gustavo, de otros sacerdotes y
mucha gente del barrio, hasta llegar hoy 18 años después, a estar en
esta iglesia que seguramente está destinada a cosas mayores.
Las oraciones silenciosas y la compañía de
Mariana nunca faltaron. ¡Cuánto valor tuvo su presencia en nuestra historia!
El Señor llamo primero a su lado a Don Atilio,
hace unos días también llamo a su lado a Mariana, y unió nuevamente a dos
santos de Dios.
Al entonces Cardenal Bergoglio, lo llamo en
esta tierra a un servicio mayor: como PAPA FRANCISCO, que seguramente será en
un futuro: SAN FRANCISCO DE BUENOS AIRES.
Rememoraron Mariel Florentino y Alfredo Martty.
Elsa Lorences de Llaneza.
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