Santa Mónica de Hipona (332 - 387) es una santa cristiana y madre de san Agustín de Hipona.
Mónica nació en Tagaste (en la actual Argelia).
Sus padres eran ateos, pero su criada era cristiana y es por esta que
Mónica conoce el cristianismo. Se casó con un hombre mayor pagano
llamado Patricius (Patricio), un hombre muy enérgico y de temperamento
violento.
Mónica iba a la iglesia cada día y soportó con paciencia el adulterio
y las cóleras de su marido. Se ganó el afecto de su suegra en poco
tiempo e incluso convirtió a Patricio al cristianismo y calmó su
violencia.
Mónica tuvo tres hijos. Uno de ellos fue San Agustín,
que le dio muchas alegrías por sus éxitos en los estudios, pero también
la hizo sufrir por su vida descarriada. Mónica envió a Agustín
al obispo para que lo convenciera de sus errores, pero el obispo le
aconsejó a Mónica que siguiera rezando por su hijo, diciéndole "no se
perderá el hijo de tantas lágrimas".
A la edad de 28 años, Agustín acogió la gracia de Dios y se convirtió al cristianismo y recibió el bautismo. Mónica se reunió con él al morir Patricio. Cuando Agustín se preparaba para partir a África, Mónica murió en Ostia, Italia.
Santa Mónica es puesta por la Iglesia como ejemplo de mujer
cristiana, de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada
siempre por el bienestar de su familia, aun bajo las circunstancias más adversas.
Santa Mónica. Acompaña el camino de tantas madres que piden por la conversión de sus hijos y esposos. No nos abandones Señora. Intercede por nosotros.
Deseamos una hermoso día a todas las Mónicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario