Mueve
el viento la verde cresta de los árboles;
mientras
viajan mis sueños a ver el crepúsculo de tu mirada
el
ayer viaja por mi sesera que se aturde de imágenes y palabras,
tu
risa puebla mi alma; y la silla ata con sus invisibles brazos
mi
estancia en el silencio.
Cuantas
noches sembraron enjambres de estrellas
en tu presencia
cuantas
veces titubeó su luz la luna, cuando tú la mirabas
cuantas
veces esparcí glicinas inexistentes con mis manos hambrientas
y
sediento de ti me hundí en tu mar agitado de sueños.
No
sé qué semilla sembraste en mi alma desnuda y estéril
ni
que viento trajo tanta gracia, ni que
trigal me alimentó con tanto amor
que
insondable misterio es la vida, tus ojos iluminaron mi alma
tus
pasos le dieron un rumbo, y tus manos llenaron el mundo de ternura.
Hoy
el mundo tiene tu corazón, el latido de la vida
mueve
el viento sus alas eternas, tú me llevas lentamente
a
lo más hermoso de mi, a lo concreto, a lo inefable.-
RAMÓN DELGADO
Mil gracias Ramón. Me encanta tenerte otra vez entre nuestros colaboradores. Bendiciones.
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