¡Ay! Infelices aquellos
que derrochan su ingenio
en
prestidigitaciones vanas,
dando vueltas y vueltas
a la noria oxidada
de los pozos vacíos.
Se han olvidado
que libertad y orden
son caras de lo mismo,
y que la armonía viva
brota de melodías puras
e invariablemente sabias.
Dejémonos de tantas
chillonas variaciones
machaconas y monótonas,
apartémonos de las nefastas
aguas estancadas
que matan y envenenan.
Retornemos a la escuela
del trabajo y más trabajo;
restauremos las aulas
fusionando erudicciones
con espíritu de fe
y elevemos himnos
a la LUZ y la VERDAD.
Hermanos:
NÍHIL SINE DEUS
(Nada existe sin Dios)
Miguel Ángel Migliarini
San Nicolás de los Arroyos.-
Mayo del 2014.-
Gracias Miguel Ángel por tu poema. Bendiciones.
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