miércoles, 9 de abril de 2014

Mensajes de la Reina de la Paz de marzo

Queridos hermanos en Jesús, que las palabras de nuestra Madre calen hondo en sus corazones.
Lean y mediten sus palabras, por favor.


Mensaje del 25 de marzo de 2014

“¡Queridos hijos! Los invito de nuevo: comiencen la lucha contra el pecado como en los primeros días, vayan a la confesión y decídanse por la santidad. El amor de Dios fluirá al mundo a través de ustedes, la paz reinará en vuestros corazones y la bendición de Dios los llenará. Yo estoy con ustedes y ante mi Hijo Jesús intercedo por todos ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
Mensaje del 2 de marzo de 2014

“Queridos hijos, vengo a ustedes como Madre y deseo, como Madre, que en mí encuentren refugio, consuelo y descanso. Por eso, hijos míos, apóstoles de mi amor, oren, oren con humilde devoción, con obediencia y con plena confianza en el Padre Celestial. Tengan confianza como yo la tuve, cuando me dijeron que iría a traer la Bendición prometida. Que en sus corazones y en sus labios esté siempre hacer Su voluntad. Por ello, tengan confianza y oren, para que pueda interceder por ustedes ante el Señor, a fin de que Él les dé la bendición celestial y los llene del Espíritu Santo. Sólo entonces podrán ayudar a todos aquellos que no conocen al Señor; ustedes, apóstoles de mi amor, los ayudarán para que con plena confianza puedan encontrar al Padre. Oren por sus pastores y confíen en sus manos benditas. ¡Gracias!”

Mensaje del 18 de marzo de 2014

La aparición comenzó a las 13:46 y duró hasta las 13:51. “¡Queridos hijos! Como Madre deseo ayudarlos, deseo ayudarlos con mi amor materno para que abran su corazón y en él, pongan a mi Hijo en el primer lugar. Deseo que, a través de vuestro amor a mi Hijo y por medio de vuestra oración, resplandezca en ustedes la luz de Dios y los llene la misericordia de Dios. Deseo, de esta manera, ahuyentar las tinieblas y la sombra de muerte que desea envolverlos y seducirlos; deseo que sientan la alegría de la bendición de la promesa de Dios. Ustedes, hijos de los hombres, ustedes son hijos de Dios, ustedes son mis hijos. Por eso, hijos míos, vayan por los caminos donde mi amor los conduce: les enseña la humildad, la sabiduría y les hace encontrar el camino hacia el Padre Celestial. Oren conmigo por aquellos que no me aceptan y no me siguen. Debido a la dureza de su corazón, no pueden sentir la alegría de la humildad, de la devoción, de la paz y del amor, de la alegría de mi Hijo. Oren para que sus pastores, con sus manos benditas, les den siempre la alegría de la bendición de Dios. Les agradezco. ”

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