Lean y
mediten sus palabras, por favor.
Mensaje del
25 de marzo de 2014
“¡Queridos hijos! Los invito de nuevo:
comiencen la lucha contra el pecado como en los primeros días, vayan a la
confesión y decídanse por la santidad. El amor de Dios fluirá al mundo a través
de ustedes, la paz reinará en vuestros corazones y la bendición de Dios los
llenará. Yo estoy con ustedes y ante mi Hijo Jesús intercedo por todos ustedes.
Gracias por haber respondido a mi llamado.”
Mensaje del
2 de marzo de 2014
“Queridos hijos, vengo a ustedes como
Madre y deseo, como Madre, que en mí encuentren refugio, consuelo y descanso.
Por eso, hijos míos, apóstoles de mi amor, oren, oren con humilde devoción, con
obediencia y con plena confianza en el Padre Celestial. Tengan confianza como
yo la tuve, cuando me dijeron que iría a traer la Bendición prometida. Que en
sus corazones y en sus labios esté siempre hacer Su voluntad. Por ello, tengan
confianza y oren, para que pueda interceder por ustedes ante el Señor, a fin de
que Él les dé la bendición celestial y los llene del Espíritu Santo. Sólo
entonces podrán ayudar a todos aquellos que no conocen al Señor; ustedes,
apóstoles de mi amor, los ayudarán para que con plena confianza puedan
encontrar al Padre. Oren por sus pastores y confíen en sus manos benditas.
¡Gracias!”
Mensaje del
18 de marzo de 2014
La aparición comenzó a las 13:46 y duró
hasta las 13:51. “¡Queridos hijos! Como Madre deseo ayudarlos, deseo ayudarlos
con mi amor materno para que abran su corazón y en él, pongan a mi Hijo en el
primer lugar. Deseo que, a través de vuestro amor a mi Hijo y por medio de
vuestra oración, resplandezca en ustedes la luz de Dios y los llene la
misericordia de Dios. Deseo, de esta manera, ahuyentar las tinieblas y la sombra
de muerte que desea envolverlos y seducirlos; deseo que sientan la alegría de
la bendición de la promesa de Dios. Ustedes, hijos de los hombres, ustedes son
hijos de Dios, ustedes son mis hijos. Por eso, hijos míos, vayan por los
caminos donde mi amor los conduce: les enseña la humildad, la sabiduría y les
hace encontrar el camino hacia el Padre Celestial. Oren conmigo por aquellos
que no me aceptan y no me siguen. Debido a la dureza de su corazón, no pueden
sentir la alegría de la humildad, de la devoción, de la paz y del amor, de la
alegría de mi Hijo. Oren para que sus pastores, con sus manos benditas, les den
siempre la alegría de la bendición de Dios. Les agradezco. ”
Fuente: www.reinadelcielo.org
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