A horas del "Día de los cuatro Papas"
El mundo
está preparado para vivir este histórico día en que cuatro Papas estarán
juntos espiritualmente para unos canonizar a los otros. Se habla del
“Día de los 4 Papas”, un evento único en la historia de la Iglesia
Católica Apostólica Romana.
La
ceremonia será simplificada a través de la utilización de dos elementos
corpóreos de Juan Pablo II y Juan XXIII, del primero se utilizará una
ampolla con su sangre y del segundo un pequeño trozo de piel que fue
extraído en la exhumación realizada en el año 2000.
Ciudad del Vaticano, 26 de abril (Télam). Juan XXIII, el "papa bueno" y de la paz que convocó el Concilio Vaticano II será proclamado santo mañana junto a Juan Pablo II, a quien los fieles ya lo habían ascendido a los altares por aclamación popular, tras su muerte.
Los dos papas serán canonizados en una ceremonia histórica, de la que participarán un millón de peregrinos y numerosos jefes de Estado.
La Argentina estará representada por el canciller Héctor Timerman, quien partió anoche desde Buenos Aires con destino a Roma para asistir a la ceremonia de canonización.
Entre los líderes mundiales que estarán presentes, ya confirmaron su presencia los reyes de España; los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Horacio Cartes; y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
Juan XXIII (1958-1963), elegido para ser un pontífice de transición, se convirtió en un papa revolucionario para la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II y en el "papa bueno" venerado por los fieles.
En tanto, el papa Juan Pablo II (1978-2005), quien fue santo por aclamación popular y conocido como "papa de los récords", con sus 26 años de pontificado y 104 viajes fuera de Italia, también tuvo el proceso de canonización más rápido de la historia y será santo sólo nueve años después de su muerte, el 2 de abril de 2005.
Como en el caso de Juan Pablo II, la muerte de Juan XXIII en 1963 fue acompañado de un intenso fervor popular que pedía su proclamación como santo sin pasar por un proceso, pero su causa de canonización fue quedando atascada hasta la llegada del actual pontífice, el papa Francisco.
El 5 de julio de 2013, Francisco decidió aprobar la segunda curación milagrosa por la que subiría a los altares Juan Pablo II, y también decidió canonizar a Juan XXIII, sin que se estudiase un segundo milagro por su intercesión, como contempla la normativa vaticana.
El sobrino del papa, Marco Roncalli, biógrafo y autor de varios libros sobre el pontífice, explicó cómo la decisión de Francisco no se puede considerar un "empujón" a la canonización ya que el mismo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, indicó que había muchos hechos de gran interés, pero que el papa argentino decidió solo "reducir los plazos", consignó la agencia de noticias Efe.
"Era un hombre capaz de transmitir paz, una paz natural, serena, cordial, una paz que con su elección se manifestó al mundo entero", señaló Francisco al hablar de Angelo Roncalli, el papa Juan XXIII, de quien también destacó su espíritu dialoguista y diplomático.
Son muchas las características que ahora hacen que nazcan comparaciones con el papa Francisco, pues tras su elección en 1958, con 77 años, elegido para suceder a Pío XII (1939-1958), modernizó la vida en la corte vaticana, flexibilizando el protocolo y facilitando el contacto del papa con la realidad cotidiana.
Dos meses después del inicio de su pontificado, Juan XXIII convocó a todos los obispos del mundo a la celebración del Concilio Vaticano II, con el objetivo de promover la adaptación de la Iglesia a los nuevos tiempos y el acercamiento a las restantes religiones cristianas.
Pero para los fieles católicos, el "papa bueno" fue aquel que se asomó por sorpresa el 11 de octubre de 1962, mientras se celebraba la apertura del Concilio, y pronunció el famoso y poético "discurso de la luna".
El 3 de junio de 1963, poco después de iniciarse el Concilio, Juan XXIII moría tras una larga enfermedad, sin conocer los resultados de la asamblea que marcó el camino de la nueva Iglesia Católica.
Por su parte, Juan Pablo II, el papa que visitó la Argentina en 1982 y 1987, será santo gracias a la medida de su sucesor, Benedicto XVI, quien retiró una norma que obligaba a esperar cinco años antes de que pudiera iniciarse el proceso para la canonización.
¡Qué gran regalo nos concede Dios de que podamos ver semejante canonización!
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