Miro las cosas llenando el alma,
con la Palabra que como Salmo
se eleva muy alto, en silencio,
y se yergue sobre la hamaca del tiempo.
Pienso, y entonces se activa mi mente
con el asombro de ver más allá
de la tierra, la corona de esperanza
que inconmensurable resplandece.
Puedo estirar mis brazos en un grito
ungido de confianza, y escuchar
como vibra el pecho cuando descubre
la verdad de la Pascua de Jesús.
Pertenezco al Padre que nos envió a su Hijo,
y creyente recorro las huellas intangibles
de Aquél que nos dio su cuerpo y su sangre
para alimentarnos con Espíritu Santo.
Aquél cuya Palabra es de aliento,
y no de juicio, condena o venganza.
Palabra de amor eterno, resurrección,
y amanecer jubiloso de buenaventuranza.
Por todo ello y mucho más
"Jesús
en vos confío". Amén.-
Miguel Ángel Migliarini
San Nicolás de los Arroyos
Miércoles de Pascua 16 de abril del 2014.-
Gracias Miguel Ángel querido amigo. Muy felices Pascuas.
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