Ante los estridentes gritos de su madre
el pequeño gorrión tan descuidado
siguió buscando bichitos en el suelo
ignorando el peligro a cada salto...
privado de experiencia y tan novato
con su instinto un poco aletargado
fue desoyendo el piar que lo alertaba
con insistencia en lo alto de la rama.
De pronto se sintió desamparado
al verse solo frente al Enemigo
y lleno de terror quiso volar,
fallido intento, se sintió perdido...
El perro en un momento se distrajo,
su dueño lo invitaba a ir a su lado...
Y casi sin saber cómo ni cuándo
"¡mamá gorrión lo había levantado!".
A veces nuestros jóvenes parecen
inocentes "pichones" por la vida...
¡No dejes que un error les cueste caro,
protégelos del Mal, Mamá María!
Susana Mirta Piñeiro de Valli
Plottier (Prov. del Neuquén)
mirtapieiro@hotmail.com
Muy buena tu comparación Susana. Gracias por tus colaboraciones.
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