Flores silvestres, florcitas amarillas
que van bordeando senderos de montaña,
parecen sonreir al caminante
invitándolo a andar con esperanza.
Signos palpables de la Providencia
que siempre con Amor nos acompaña.
Dulzuras de Dios hechas "materia"
para aliviar los dolores del alma.
Y aunque a veces empañada la mirada
no nos permita apreciar tanta Belleza,
de tanto brillar sin darnos pausa
en un momento ¡por fin! nos arrebata...
nos saca del abismo de la Nada,
nos muestra de a poquito Al que nos ama
y con Su modo tan tierno de querernos
nos invita a elevar nuestra mirada.
No dejes Señor que la Tristeza
se quede dentro nuestro, agazapada
ahogando lo que en sombras vislumbramos,
Tu inmenso Amor que sana y nos restaura.
Susana Mirta Piñeiro de Valli
Plottier (Prov. del Neuquén)
mirtapieiro@hotmail.com
Gracias Susana. Extrañábamos tus poemas.
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