Padre Opeka: El amor no tiene fronteras raciales, ideológicas, ni religiosas |
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Buenos Aires (AICA), 28 enero 2021: "El albañil de Dios", el padre Pedro Opeka CM, es misionero en Madagascar hace casi 50 años. En diálogo con el portal Ser Argentino, el sacerdote comentó sus experiencias de misión en Akamasoa, habló de la pobreza en el mundo y dejó un mensaje... "El albañil de Dios", el padre Pedro Opeka CM, es misionero en Madagascar hace casi 50 años. En diálogo con el portal Ser Argentino, el sacerdote comentó sus experiencias de misión en Akamasoa, habló de la pobreza en el mundo y dejó un mensaje especial para los niños en 2021. Nacido en San Martín, provincia de Buenos Aires, el sacerdote construyó un hogar más en Akamasoa, una comunidad que antes de su llegada era un basurero, y ahora es una pujante barriada a las afueras de Antananarivo, la capital del país. “No olvides que ayudar a un pobre es ayudarte a sí mismo”, repite Opeka, que no negocia con sponsors o multinacionales. “Mi partida de Argentina no fue una huída al África sino una aventura humana y espiritual con ida, y sin vuelta, en aquel momento ¡Por eso lloré cuando salí y dejé el país! Dios quiso que vuelva a visitar Argentina porque el progreso tecnológico lo ha permitido”, se confiesa el vicentino. Luego de medio siglo de presencia en las tierras de Madagascar, Opeka menciona que creció “en todo sentido”: “Aquí he visto la vida en su gran simplicidad desde el nacimiento hasta la muerte. Aquí había mucha solidaridad en los setenta. Aprendí que la vida cuando más es simple, más feliz se vive. Sin embargo, hay que tener un mínimo necesario para poder vivir adecuada y dignamente. He visto muchos dramas, la muerte estaba siempre presente. Aquí la vida es una mezcla de alegría y de tristeza. Y hay que alegrarse con los que están felices, y llorar con los que sufren”, señala. El sacerdote expresa que su dolor en Madagascar “es la inercia y la fatalidad de los responsables políticos que no hacen lo necesario para las familias con numerosos hijos, y no trabajan por el desarrollo de su pueblo. Sus compatriotas viven abandonados, y sin ningún derecho, algo que debería tener todo ser humano”. Ante la pregunta sobre “pobreza cero” del periodista, el padre indica: “No creo que sea una utopía la pobreza cero, porque tenemos todos los medios técnicos, los más sofisticados, para dar de comer a todos los niños en la Tierra. En realidad, ya deberíamos haber resuelto y vencido el hambre en el mundo. Nos falta sólo la voluntad y la generosidad”. Habló también sobre las enfermedades que podrían sanarse y sobre el agua potable, “pero para llegar a eso tendríamos que ser más humanos, menos egoístas, más solidarios y más sobrios en la utilización de las materias primas de nuestra Tierra en favor de todos”, reflexionó. Opeka opinó que “toda experiencia humana vivida con respeto y amor se puede adaptar a todas las realidades y situaciones donde viven seres humanos sobre nuestra Tierra. Debemos aceptar que toda persona humana es diferente, que tiene su historia, su cultura, su mentalidad y su manera de ser particular. Debemos adaptarnos a todas esas realidades humanas tan distintas, y a partir de ahí, llegar al corazón de la gente con la cual nos toca vivir y trabajar”.
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