sábado, 16 de septiembre de 2017

COMPARTIENDO: María de las Mercedes LA FELICIDAD

¿Y VOS. TE SUMÁS?
 
FELICIDAD
 La felicidad es ese susurro que atraviesa la niebla de la madrugada y al oído me dice que el sol comienza a acariciar la piel de mi rostro y mis manos.
La felicidad es esa niña pequeña que se acerca tierna a acariciarme el corazón  cuando sufro en soledad.
 La felicidad es esa flor que se abre poco a poco y con dulce sabor me embriaga de sueños y esperanzas.
 La felicidad es ese silencio que ocurre cuando, al hablarnos, no necesitamos confesar lo que callamos.
 La felicidad eres tú cuando me miras y en tu mirada encuentro el brillo que pregona que me amas.
 
 El texto que antecede lo escribí motivada en y por  otras circunstancias pero me pareció pertinente hacerlo conocer a raíz de los tristes momentos que estamos atravesando.
 Cuando allí nombro al amor no me refiero sólo al amor-pasión aunque, por supuesto, lo incluyo. Me refiero a todo el abanico del amor: filial, fraterno, comunitario…
 Ese amor que tanto nos hace falta hoy en nuestra patria.
 El amor de persona a persona, ese que une y hace insostenible todo prejuicio, muro, distanciamiento, resentimiento.
 Ese que surge del escucharse y conocerse  ya que el conocerse y escucharse hace posible la comprensión y aceptación del otro tal como es.
Te pregunto ¿y si hacemos un alto, si apaciguamos nuestras irreflexivas pasiones para sopesar con claro discernimiento los hechos y reflexionamos seriamente para así encontrar las soluciones con una apasionada pero criteriosa inteligencia? Deberíamos sentarnos, mate en mano a charlar, no con iracundia sobre lo que nos separa sino con delicadeza y equilibrio sobre todo lo hermoso y valioso que nos une. Podríamos así, junto con las medialunas, degustar el dulce sabor de la belleza que no vemos, significaríamos la fragilidad, valentía, necesidades y riqueza que hay ocultas tras tantos rostros adustos y desesperanzados que nos rodean.
 Llegariamos por fin a encontrarnos unidos en una senda que nos conduzca hacia la patria de crecimiento, prosperidad y  equidad social que, creo, todos queremos para nosotros y  para nuestra descendencia.  
 Por eso, a vos que  pensás y sostenés creencias, posturas que no son idénticas a las mías, te pregunto si, desde una actitud abierta, libre, sana, no estás de acuerdo conmigo  de encarnar la siguiente propuesta como fundamento de unión:
 “Cuando el amor brille en mis ojos al mirarte y vea ese brillo en los tuyos al  mirarme, entonces, seremos felices porque habrá paz y justicia en nuestros corazones y podremos  sembrarlas  juntos en los brazos de la rosa de los vientos para que lleguen tan allá como ni nuestra esperanza es capaz de imaginarlo. “
 Sí, el primer paso debe darlo uno, personalmente, el perdón y la reconciliación son virtudes contagiosas.
 Sumemos nuestras pequeñas-grandes felicidades para construir un país de inmensa felicidad.
 Un gran abrazo desde la paz de mi corazón.
 María de las Mercedes
Chascomús, 4 de septiembre 2017
 
Hermoso María de las Mercedes. ¡Podría escribir más seguido la querida Pomona! Mil bendiciones.  

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