Diario vivir
Ángel de la Guarda
Desde
pequeños nos han enseñado que a nuestro lado hay un ángel puesto por
Dios para que nos cuide y proteja. Pero a medida que hemos crecido, ya
nos hemos olvidado de que ese ángel sigue estando a nuestro lado.
Es
tiempo de que renovemos nuestra fe en nuestro Ángel Custodio, que Dios
nos ha dado para que nos ayude a superar la prueba de esta vida y llegar
felizmente al Cielo y evitar el Infierno.
Debemos
tener más devoción a nuestro Ángel de la Guarda e invocarlo todos los
días, en cada momento, porque él puede intervenir más, cuanto más lo
invocamos. En cambio, si no lo llamamos en nuestro auxilio, él no puede
hacer mucho por nosotros.
Pero
pensemos un poco. Si Dios ha colocado un Ángel suyo a nuestro lado, es
porque tenemos necesidad de él, ya que Dios nunca hace algo inútil. Y la
necesidad es porque el demonio nos quiere llevar a la perdición y, si
no tuviéramos con nosotros a nuestro ángel, estaríamos perdidos, porque
el demonio es más fuerte que nosotros ya que es un ángel caído. Entonces
por eso Dios nos ha dado un ángel para que la lucha sea más pareja.
Ahora
bien, ¿qué pasará si nosotros no invocamos a nuestro ángel para que nos
auxilie en este combate? Sucederá que seremos vencidos.
Para
que esto no se realice, invoquemos y recémosle al Ángel de la Guarda
con la sencilla oración que nos enseñaron de pequeños: “Ángel de mi
Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta
que descanse en los brazos de Jesús, José y María”. O también la otra
oración que nos enseña la Iglesia: “Ángel de Dios que eres mi custodio,
ya que la Soberana Piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame,
rígeme y gobiérname. Amén.”
Y
si no, simplemente, llamémoslo en nuestro auxilio como llamamos a un
amigo. Hablemos con él como con un hermano, porque es una verdad de fe
que nuestro ángel siempre está con nosotros.
Todos los hombres tienen a su ángel, pero muchísimos no lo invocan y así su acción queda muy reducida e incluso anulada.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sitio Santísima Virgen.
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Mil gracias César Florez Uría: Pienso igual que lo que me mandas. ¡Pobre ángel mío! ¡Yo lo uso tanto! Realmente es mi hermano en la vida y lo será en mi muerte donde me acompañará hasta los pies del Señor. ¡Bendito sea mi ángel custodio! Elsa.
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martes, 12 de julio de 2016
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