¡BUEN
DÍA, JESÚS!
(Al
modo de un himno para Laudes)
Jesús,
Hermano y Amigo verdadero,
bendigo el despertar de esta
mañana,
porque tu Nombre, como miel que mana,
acude
a mis labios, lo primero.
Bendito
seas, Señor, porque ese Nombre
promete
ser Luz para mi andar en este día.
No
la empañe la malicia de los hombres
ni la velen pasiones ni
porfías.
Mi
buen Jesús, bajo esa luz quisiera
recorrer
el camino de esta vida,
y
sanar con tu ungüento las heridas
de adentro de mi corazón, y
fuera.
Que
te vean mis ojos cada paso.
Que no se cierren nunca a tu figura,
y
piense a cada instante en la dulzura
de tu voz, y el dulce yugo de
tu lazo.
Que
me deje amarrar por tu atadura
y
guiar en este día como un ciego.
Que
me deje abrasar por ese fuego,
seducir por tu mirada y tu ternura.
Bendito
seas, Señor, bendito seas.
Bendito
en el Espíritu y el Padre.
Bendita,
Jesús, tu Santa Madre.
¡Que al final del camino yo los vea!
Néstor
Barbarito
Mil
gracias Néstor. Hermoso tu poema como siempre. Dios te bendiga.
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