¿Qué aprendemos de Dolores?
El desastre causado por el tornado en la ciudad de Dolores sacudió a todo el país, así como las intensas lluvias e inundaciones.
Sería bueno no dejar pasar en vano todo esto y preguntarse sobre su significado profundo. ¿Qué podemos aprender?
Todo lo que pasa y
nos pasa en la vida es una enseñanza para llevarnos a descubrir nuestra
autentica identidad y vivirnos desde ella. La vida es la mejor maestra y
lo que nos presenta es su lección.
Ponernos en esta actitud de aprendizaje ya nos sitúa en la paz.
En sintesis me parece que podamos aprender tres cosas:
1) La relación
entre sufrimiento y amor. Casi siempre lo que mueve el amor es el dolor.
El amor es la fuerza que intenta llenar los vacíos. El amor en su
expresión más autentica es la compasión que se hace uno con el
sufrimiento del otro. Situaciones tan dolorosas como lo acontecido en
Dolores y otros lugares del país nos despertaron al amor. Es conmovedor
ver la movida solidaria, una solidaridad que vino de todos lados, más
allá de las diferencias. En el dolor somos todos iguales. Tal vez nos
podemos preguntar: ¿Es necesario esperar tales acontecimientos para que
nuestro amor se despierte? ¿Es necesario tanto dolor y tantas
dificultades para que la sociedad salga de su superficialidad imperante y
su egoísmo? ¿Es necesario el dolor de tantas personas para darnos
cuentas que somos hermanos? Si ocurrió tal vez si, ha sido necesario...
pero sería conveniente aprender y que nuestro amor se despierte antes.
2) Todo pasa. En
pocos minutos podemos perder todo. ¿Qué sentido tiene angustiarnos por
aferrarnos a realidades que pasan? ¿Qué sentido tiene sufrir por todo lo
que no es permanente? Somos simples administradores: de nuestra vida
antes que nada y de las demás personas y cosas en segundo lugar. Dolores
nos enseña el desapego. El desapego afectivo y efectivo de cosas y personas nos sitúa en el lugar de la libertad, de la paz, del amor.
3) ¿Dónde está
Dios en todo esto? Pregunta clave que no podemos eludir. Desde nuestra
fe cristiana seguramente podemos afirmar: está. La Presencia de Dios es
siempre plena. Tal vez no logramos verlo: otro asunto. Es el Misterio de
la cruz de Jesús: Dios se estaba revelando plenamente en la entrega de
amor de Jesús. Pocos supieron verlo. Dios está y se está revelando en
estos dolorosos acontecimientos: se revela en todo, en cada rostro
sufriente y en cada mano solidaria. Se revela en la tormenta y en la
calma, se revela en la esperanza y en la vida que brota otra vez y que
continúa. ¿Sabemos verlo y descubrirlo?
Padre Stefano Cartabia Omi. Uruguay.
Querido Padre: Aquí en Argentina lamentablemente convivimos con esas
tragedias. La gente es Misericordiosa cuando suceden estos hechos pero
el dolor de la gente es inconmensurable porque esto no se arregla con un
colchón, o juguetes o agua, en el primer momento. No hay un comité de
Crisis y todo, logicamente, queda en la ayuda inicial. La peor parte la
tienen que pasar solos los damnificados. Es una lástima y un gran dolor
que no se puede mitigar permanentemente. Lamento lo que les pasó, como
lloro lo que nos está pasando a nosotros. Mi solidaridad querido Padre.
Elsa.
Gracias Elsa querida por esta publicación. En Dolores viví 20 años con mi esposo y mi querida Marita que ya se fue para siempre. Ella, como médica, si viviera, hoy estaría ayudando a sus hermanos doloreños. Estoy segura!!!
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