Ignorancia
"Tu nivel más alto de ignorancia es cuando rechazas algo de lo cual no sabes nada"
Wayne Dyer
Es algo que ocurre y nos ocurre con frecuencia: rechazamos lo que no conocemos o no queremos conocer.
¿Por qué reaccionamos así?
Esencialmente por miedo. El miedo a perder el control, el miedo a lo inseguro.
El ser humano se encuentra cómodo en lo
que ya sabe y conoce: es la famosa "zona de confort". Salir de esa zona
nos produce pánico e inseguridad.
Todo esto se puede dar en una infinidad
de situaciones: en las relaciones interpersonales, en el camino
espiritual, en el trabajo, en la familia y la sociedad.
La ignorancia en el fondo no es cuestión
de no saber o no conocer: es cuestión de actitud. Sabemos de sobra que
la autentica sabiduría no se relaciona directamente con el
conocimiento intelectual o la cantidad de información almacenadas en el
cerebro. Hay muchos ancianos que son más sabios de profesores
universitarios.
La sabiduría pasa por una actitud interior de apertura y disponibilidad al aprendizaje. Pasa por dejarse enseñar por la vida.
Es paradojico que en general las personas que más estudios tienen son las más cerradas y las que más rechazan algo nuevo.
Es también una actitud muy presente en
la iglesia y sus autoridades. La creencia de poseer la verdad y de
"tener a Dios" de nuestro lado lleva a rechazar otras propuestas y
experiencias. Muchas veces este rechazo es injustificado, justamente
porque no se conoce lo que se rechaza.
Salir de la ignorancia es cuestión de
apertura, de actitud, de humildad. Cuestión de darse cuenta que en el
fondo nuestra capacidad racional de comprender el Misterio es mínima. El
Misterio pasa siempre mucho más por escuchar la vida en profundidad.
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