Cuando me aleje Señor de Tus caminos
y ya no siga Tus huellas, dulce Amado,
detén mis pasos del modo que Tú quieras
y vuélveme a la senda que me has dado.
Cuando mis ojos en Ti ya no se posen
y me encandilen luces y brillos falsos,
oscurece mi visión y que en las sombras
vuelva a sentir Tu tibio y fiel abrazo.
Cuando me engañen mis oídos y oiga
las sonoras melodías del engaño,
vuélveme sorda Señor a aquellas voces
que mentirosas provienen de otros labios.
Dame por siempre hambre y sed de Tu Palabra
que necesite de Ella intensamente
como la tierra desespera por el agua
que la baña y la fecunda suavemente...
Para dar frutos de amor y de servicio
y comprender al fin que en lo más hondo
de mi sediento corazón palpita
un sueño grande de plenitud y dicha
que por hacerse realidad se agita.
El bello sueño de un tiempo diferente
en que el dolor haya sido transformado
en primicia de un gozo verdadero,
en que el miedo y la opresión no existan
donde el Amor y el Bien hayan triunfado.-
Susana Mirta Piñeiro de Valli
Plottier (Prov. del Neuquén)
sumir@neunet.com.ar
Dios te lo conceda Susana. Lo mereces. Bendiciones
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