Estas saludables hojas que viven en compañía y amor con el árbol tienen una bella historia contada por un vecino del lugar.
En
esa casa de frente de ladrillos vivía un viejito, un dia subió a la
terraza y arrojó unas semillas a la calle en
dirección al arbol,luego lo comento con sus vecinos,diciéndoles que
quería que esas semillas que habia arrojado dieran sus frutos cuando el
ya no estuviera.
Hace
ya tiempo falleció el viejito pero su alma vive para siempre en esas
hojas que son el fruto de esas semillas que arrojó y que magicamente
anidaron en ese hueco del arbol .
Estan miseriosamente siempre hermosas, haga calor o frio como en invierno.
Se
seca alguna hoja pero aparecen otras, siempre esta ahí custodiando la
casa de su dueño y agradeciéndole la vida que le dio antes de " partir".
Siempre
paso a su lado y siempre los miro ,al arbol por ser tan generoso y
abrigar el alma del viejito y a las hojas por lucir siempre bellas
eternamente agradecidas.
Historia de Inés
Gracias Inés Gallardo Grau. Muy bella tu historia.
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