Lucas 4, 21-30
“Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra” (4, 24): Jesús, a partir de su propia experiencia, cita este refrán muy conocido.
Jesús es rechazado por su gente, su pueblo. No es comprendido.
El prologo de Juan lo dirá de esta manera, refiriéndose a la Palabra: “Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron” (Jn 1, 11).
Jesús se percibe como profeta; y esta categoría de “profeta” se la
reconocen también los judíos y los musulmanes. No es poca cosa.
Es, entonces, algo esencial para comprender la figura y el mensaje del maestro de Nazaret. Leer más...
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