“Mujer”
Bienvenido el día
de la mujer - que se celebrará en todo el mundo-, para rendirle con
renovado fervor el homenaje que todos los días se merece. Debemos
reconocer, con dolor, compungidos y avergonzados, que estamos en deuda con
ella. Este mundo moderno, que hace gala de conquistas y de liberaciones a pesar
de que vivamos la angustia de la desocupación y de que el maquinismo desplace
al hombre de sus tareas, es culpable, también, de un especial ensañamiento con
la mujer. La mujer muchas de las veces, está perseguida, menospreciada,
relegada. Por supuesto que no me refiero a todos los ámbitos sociales ni a
todos los hogares, pero sí a la tendencia general y predominante en el mundo
actual. Dios la creó con idéntica dignidad que el hombre para ser su
compañera; pero se pretende mostrar como que sólo alcanzaría su plenitud, su
total realización, siendo su rival, su contrincante, su competidora, ya que
podría realizar las tareas que el hombre realiza con similar capacidad y
solvencia. De eso no hay dudas: los seres humanos, varón y mujer, están
plenamente capacitados para cumplir las tareas humanas; pero eso no
justifica que se muestre como inferiores, subalternos ni denigrantes a los
quehaceres que son típicamente femeninos, a las ocupaciones y funciones que a
la mujer le están reservados por ser eminentemente femeniles ya que en ellos
resplandecen las especiales condiciones de que las ha dotado la
naturaleza: el cuidado del hogar, la crianza de la prole. Ante ese menosprecio
por las labores femeniles se ha alzado la voz del Papa en Familiaris Consortio: “Si
se debe reconocer también a las mujeres, como a los hombres, el derecho de
acceder a las diversas funciones públicas. La sociedad debe sin embargo
estructurarse de manera tal que las esposas y madres no sean de hecho obligadas
a trabajar fuera de sus casas y que sus familias puedan vivir y prosperar
dignamente, aunque ellas se dediquen totalmente a la propia familia”. Ese es el desafío al mundo de hoy:
estructurar a la sociedad de tal modo que las mujeres no sean de hecho
obligadas a salir de sus hogares para competir en el mercado laboral. La
irrupción de la mujer en diversas funciones laborales ha enriquecido, sí, al
mundo del trabajo con el aporte de su esfuerzo, pero al mismo tiempo, por el
empuje de una duplicación de la oferta, ha influido bastante desfavorablemente
sobre la demanda. Pero lo fundamental no es eso; nadie piensa en mejorar la
demanda laboral mediante selecciones ni exclusiones. Debemos tener presente
que como hombres políticos estamos llamados a mejorar la sociedad, para lo que
debemos considerar que la mujer tiene pleno derecho a mantenerse en el ámbito
del hogar, en la crianza de los hijos, siendo centro de amor, de paz, de
belleza, de concordia, sin que nadie la obligue a mantenerse total ni
exclusivamente en estas nobles funciones. Al
rendir homenaje a la mujer, debo hacer una aclaración: dije que Dios la creó con idéntica dignidad
que el hombre, para ser su compañera, pero me corrijo, ya que bien vista la
dignidad de la mujer es superior a la del hombre, al que holgadamente lo supera
en grandeza y noble esplendor. Rindo
homenaje a la madre del hombre, ya que en la maternidad y en la crianza de los
hijos ella concreta en forma sublime la nobleza del papel que cumple en el
género humano.
Dr. Jorge
Bernabé Lobo Aragón
#Argentina
#Tucuman
Mil gracias Dr. Jorge en nombre de todas las mujeres, que leen el Blog, por sus palabras. Dios bendiga su hacer. Elsa Lorences.
Excelente comentario el del colega Lobo Aragón acerca de tema de marras. En tal sentido, resulta esencial resaltar y defender la complementariedad de los sexos, y desalentar cualquier forma de enfrentamiento entre varón y mujer. Lamentablemente, hay dos estereotipos confrontativos que atentan contra la dignidad del Hombre, en su expresión masculina y femenina. Estereotipos que degradan en machismo y femenismo, lo que debiera ser y conforme se infiere de las palabras del Papa citada por el autor, masculinidad y femeneidad. Y con plena conciencia de sus roles principales y complementarios, cuando no, suplementarios en casos extremos. La escritora española Virginia Eunate Giokoetxea, directora editorial del magazin virtual ARISTOS INTERNACIONAL (Alicante, España), refuerza estos pensamientos con una frase contundente: "Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres (digo: léase, varones), sino sobre ellas mismas". Feliz Día Internacional de la Mujer.
ResponderEliminarFuerte abrazo cuaresmal en la Luz Crística. Y siempre a disposición y en contacto.
Adrián N. Escudero