En 1302, la ciudad de Messina estaba a merced del ataque francés.
Pero durante la batalla hizo aparición una majestuosa Dama Blanca sobre la cual los franceses no podían sostener la mirada.
Fue vista en los puntos neurálgicos de la batalla encendiendo velas blancas sobre la muralla que se volvía inatacable.
Y arqueros invisibles lanzaban flechas por lo que los franceses presos del miedo se batieron en retirada.
La Dama de Blanco no era otra que la Madonna, que invocada, acudía en ayuda de su pueblo.
Los habitantes de Messina (messinesi), ciudad de Sicilia, siempre tuvieron una devoción especial por la Madonna.
Nació esta historia en un contexto histórico de cambios, vinculados con el “Crepúsculo Siciliano”.
El
28 de abril de 1282, aproximadamente un mes después de la insurrección
de Palermo, Mesina se rebeló contra los Franceses, dando inicio a un período de batallas que duraron 20 años, hasta el 31 de agosto de 1302, cuando se firmó la paz de Caltabellotta.
Durante
este veintenio de Messinesi, mas allá de las fuerzas de las armas,
habían convocado la protección de la Virgen María, a la cual acudían en
plegarias continuas.
Y la Madonna respondió a sus fieles, protegiendo la ciudad misma con señales visibles.
Así fue que Messina estaba bajo el asedio de los franceses y la ciudad pasaba penurias por el hambre y debía capitular de un momento a otro.
Pero
con pasar tiempo, viendo que la ciudad estoicamente resistía, los
franceses deciden pasar definitivamente a tácticas más fuertes.
El 6 de agosto de 1282, los franceses intentaron superar la fortaleza de
San Salvatore pero los jóvenes valerosos emplazados en la defensa del
muro resistieron heroicamente el ataque causando muy graves pérdidas
entre los soldados franceses.
El
pueblo de Messina sabía que el enemigo era fuerte y mejor organizado,
por lo tanto más allá de en las fuerzas de sus armas se confiaba sobre
todo en la plegaria, pidiendo ayuda a la Virgen.
El 8 de agosto se
desencadenó sobre Messina muy violento temporal de agua y granizo y los
hombres y las mujeres se refugiaron en sus casas, dejando así los muros
de la ciudad sin defensa, el enemigo aprovechó y se acercó rápidamente desatando un duro ataque.
El
comandante de las tropas messinesi, Alaimo Leontini, que se dio cuenta a
tiempo del peligro, dio la alarma y al costo de numerosas víctimas el
peligro fue alejado.
Pero los messinesi estaban al final de sus fuerzas debido a las víctimas numerosas por el ataque y a la escasez de alimentos.
Los franceses lo sabían bien y esa noche reintentaron el ataque.
LA APARICIÓN DE LA DAMA BLANCA
En
el momento del ataque estaban de guardia dos mujeres Dina y Clarenza
(las estatuas de las cuales se reproducen en movimiento en el campanario
de la cúpula) y mientras que Dina lanzaba piedras contra las milicias francesas, Clarenza iba en ciudad a sonar las campanas en señal de alarma.
La batalla fue durísima pero los Messinesi no estuvieron solos para combatir
Durante la batalla hizo su aparición una misteriosa Dama Blanca sobre la cual los franceses no podían sostener la mirada.
Fue vista en los puntos neurálgicos de la batalla encendiendo velas blancas sobre la muralla que se volvía inatacable.
Y
arqueros invisibles lanzaban flechas que afectaban a las tropas de
Carlo Angió, por lo que los franceses presos del miedo batieron en
retirada.
Aquélla
misteriosa Dama Blanca que lanzaba flechas y defendía la muralla con
las velas blancas no era otra que la Madonna, que invocada, acudía en
ayuda de su pueblo.
La Dama Blanca hizo su aparición el 21 de noviembre, también esta vez defendiendo los muros de Messina.
Y pudo verse por todos porque era pleno día.
Se cuenta que un soldado Frances lanza contra ella una flecha pero la flecha volvió atrás golpeándolo en un ojo.
Después de esta nueva aparición, asustados los franceses, dejaron el asedio y abandonaron la ciudad.
Ese lugar donde apareció la Dama Blanca ha sido un lugar sagrado para los messinesi.
Otra señal que se produce en los últimos meses de guerra fue
que algunas galeras procediendo del Sur, inesperada y milagrosamente
forzaron el bloqueo y entraron en el puerto para aprovisionar la ciudad,
sin que los Franceses pudieran impedirlo.
No tengo palabras, nuestra Madre siempre socorre a quienes piden con devoción.
Que María siempre te proteja.
Cariños
Aída Martha Castelan
Igualmente Aída. Hermosas todas las apariciones de María. Ella te cuide. Gracias por compartir. Elsa.
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