Tanto
amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que
cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). De hecho,
la mayor prueba del amor de Dios por nosotros nos fue dada en Belén y,
tres décadas después, en el seguir leyendo
Gracias Hermanos en la Fe. Hermoso. Dios los bendiga.
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