ADVIENTO
"...a partir de la
grandeza y hermosura de las cosas,
se llega, por analogía, a
contemplar a su Autor.” Sab. 13, 5
Serenidad y arpegio de los
campos
se han adueñado del patio de
mi casa.
Sólo quiebran el silencio
trinos y vuelos,
a lo lejos, el saludo
fraterno de otros pájaros.
Quizá fuese el Edén así de
bello
antes que Adán comiera la
manzana.
Me palpito que Dios hoy
quiere visitarme,
porque temprano, apenas
asomada la alborada,
los ángeles pintaron las
flores y los setos,
retiraron las hojas del
sendero
y peinaron las ramas de los
árboles.
Tiempo de adviento, no
penitencial, pero sí, de mesura e introspección.
Días para que el silencio
permita la labor de la gracia preparando nuestro espíritu en integridad y
oración.
Es
Dios el que nos prepara para esperarlo, a nosotros sólo nos toca
entregarnos para que que con sus manos sanadoras santifique nuestro ser
interior.
Que la Natividad nos encuentre
como un jardín cuidado, donde florezca en plenitud el Amor encarnado.
María de las Mercedes
Chascomús- diciembre 2017
Hermoso Pomona. Que el Señor nos bendiga hoy y siempre. Amén.
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