OBELISCO
Tango
En la reina del donaire
tu elegancia es nuestro bien,
centinela en Buenos Aires
y en todo el mundo, también.
Tu sombra que marca el día
de vértigo popular,
símbolo de travesía
para un viaje circular.
Con el silencio a la espalda,
intimista caracol,
por Corrientes y Esmeralda
busca tu reloj de sol,
el hombre solo que espera,
pudoroso anochecer,
a esa mujer que ya era
pasado, antes de nacer.
Salve, hermano Obelisco,
índice de la ciudad,
que marca, sin asterisco,
tu elocuente potestad:
“Señalo, luego existo”,
dice tu posteridad.
Cénit de urbe porteña,
flecha de impulso virtual,
lápiz de santo y seña,
Fénix que nos vuela igual.
Cada aurora y cada ocaso,
tu pinta lunga y habitual,
saluda el pulso y al paso
de nuestra Babel vital.
Letra y música: Bosco Ortega
Mil gracias Bosco. Perdona el atraso amigo.
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