PAN DE
DIOS
Ya
no cambias el agua en vino,
ya
no andas sobre el mar,
hoy
tu infinita grandeza
se
esconde humildemente
en
un trocito de pan.
El
sagrario de mi alma
quiero
limpiar de impurezas,
y
abrirlo de par en par,
y
pedirte que me habites
para
poderte adorar.
En
la Sagrada Eucaristía
alimento
espiritual,
aunque
regresaste al Padre,
con
nosotros te quedaste
en
forma sacramental.
Pan
de Dios siempre presente
en
tu manera de amar,
aunque
se agravie tu nombre,
aunque
te quiten la vida
me
enseñas a perdonar.
Raquel
Olay de Leanza
Refugio
del silencio y la Palabra
Neuquén
Mil Gracias Raquel. Un abrazo grande para todos los que componen el Refugio del Silencio y la Palabra
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