ADOPCIÓN
Las sombras de la
noche la ocultan en sus pasos,
a ella que corre
lento con camino hacia el letargo,
como corre una
sombre que doliente se desliza,
un motivo la lleva
con angustia, y con prisa.
Se respira en el
aire un olor a pecado,
un crimen que en
silencio ha de ser consumado,
bajo su brazo
oculta el motivo vivido
de una pena que
asusta, y el hoy, ya es tiempo perdido.
La causa fue un
engaño, que fijado en su mente
engendro en sus
entrañas a ese ser que inocente,
hoy va por ese
bosque que circunda al convento,
y hasta el búho en
su vuelo, les regala un lamento.
Las sombras de la
noche la cobijan de duelo
cuando por fin se
inclina, y lo abandona en el suelo,
fue, saliendo del
bosque, en el sacro convento,
en el portal
silente, donde el peligro es menos.
Un portón
silencioso y un canasto de palma,
son los mudos
testigos de la fuga de una alma,
y este cruel
abandono de fugaz sufrimiento,
y se consuma
irredento en tan solo, un momento.
Ella olvida muy
pronto el calorcillo tierno
que en ella es un
fuego al tocar ese cuerpo,
del bebé que
dormido en brazos del misterio,
no sabía de la
vida que le estaban vendiendo.
A él, que había
soñado recordando en el tiempo
aquella tarde
blanca, cuando se dio el encuentro
de esos dos que
serían causantes de este cuento,
y que uniendo sus
cuerpos, crearon este juego.
El creyó que
vendría con amor y con techo,
con sus padres muy
cerca, con hogar, y con tiempos,
y en cuadro real,
presentes se hicieron dos monjas,
una joven y
hermosa, otra llena de canas.
Con el amor
dormido en su núbil encanto,
recogieron del
suelo al bebé y a su llanto,
unas manos muy
suaves le tocaban la cara,
las otras, llenas
de arrugas, su frente santiguaban.
Y topó de momento
con más de lo soñado,
lo rechazó una
madre sin el menor recato,
mas Dios Padre que
otorga bendiciones y salmos,
le regalo cien
madres de su sacro convento,
Adopción y
misterio, una vida, y el tiempo
Eduardo Martínez Zendejas
Bellísimo, duro y real poema Eduardo. Mil gracias. Dios te bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario