miércoles, 15 de julio de 2015

POEMA: Eduardo Martínez Zendejas (Méjico) CHATITA



¿Tovia tas dormida chatita querida?

¿Por qué es que hoy el gallo no te despertó?

¿Qué al caso tu cuerpo ta triste mamita?

O ¿Será que tu pecho sufra algún dolor?



Con tus ojerotas y tu piel tan blanca, lueguito me asustas,

ay mi buen amor, creo que tas enferma y el miedo me tumba

si mi prieta linda sufre algún dolor.

Dímelo chatita ¿Lestogamo nfermo, ha sacao el taco

por una infeición, o es que acaso juntos los tales mareos

con tus ojerotas y hasta tu dolor, bian de ser señales

pa tu probe negro, pa que el si oriente sobre tu afliición,

ha de ser… ¡No digas! ¿Será que del cielo una lucecita

en tu panza entró?



Y ora despacito ai se ta formando algún chilpayate

que ha de ser mi amor creo mi chatita que puede ser cierto

pues hace algún tiempo así le pasó a la vaca pinta

del compadre Chon, que se puso nferma y lueguito sanó,

teniendo un becerro lindo cual lucero

con sus grandes ojos, su fuerza y valor



Será que has de darme un hijo en tu vientre,

sangre de mi sangre y amor de mi amor,

creo si asi juera chatita querida que tu negro iría

en lasinrazón, de pura alegría  me volvería loco,

mas antes chatita que me de el soponcio

re bien tempranito voy con el doitor,

que me diga pronto si en tu vientre amado

duerme un chilpayate, luz de mi razón,

Motivo de vida para este tu negro

¡Y sería mi hijo! Si acaso el Señor, de allá,

de los cielos, nos regara al caso con su bendición.



Yo creo chatita que habremos de darle si el Señor permite

la libre elección, escuela de libros, con desos maestros,

mas tambien su padre pondra una lección, le diré al pequeño

que el campo es muy duro, y que con sus manos el haría mejor,

algotras faenas que las de su padre,tal vez juera maistro o acaso doitor



Pero si tendría como norma santa amar a la tierra por obligación,

y los animales serian compañeros, siguiendo el mandato de nuestro Señor,

mas dime chatita, si ahí en tu regazo, ya duerme el chamaco

que será en el tiempo quien lleve la mano de un viejo gruñon,

que sería su padre, su amigo y maestro, en el bello mundo,

que Dios nos legó.           



Eduardo Martínez Zendejas


 En el presente poema  he tratado de mostrar a vosotros la ternura y simple corazón que hay entre mis hermanos campesinos en este México, ojala sea de su agrado.
 Muy lindo Eduardo. Creo que en todas partes del mundo los campesinos tienen la ternura que no tenemos los seres de la ciudad.
Vamos a dedicar este poema, con tu permiso, a todos los amigos que nos miran desde Méjico.

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