Llevo vividos tres cuartos de siglo
y llegan a mi mente luces de colores
fotos de la memoria
que no están en ningún álbum.
Barrio de casas bajas
sin torres ni autopistas,
con perros callejeros y no mascotas finas.
Puertas sin rejas y sin llaves-
Vendedores que ofrecen diversas mercancías
desde pescado fresco, telas, plumeros o sillas.
Aunque esto parezca cosa
de la prehistoria es parte de mi vida.
Pero llegó la explosión de la tecnología.
Se hablan por celular y en la cara no se miran.
No es mejor ni peor
solamente es otra vida.
Concepción Costantino
Mil gracias Coca. ¡Tienes tanta razón! Dios te bendiga.
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