San José es ese gigante del silencio, la fidelidad, la pureza y la fe del que sabemos tan poco. Alguna vez me dijo un sacerdote amigo que quienes retratan a San José como un hombre anciano tratan por ese modo de restarle merito a su virtud. San José era un hombre joven, en la plenitud de su vida cuando desposó a nuestra Madre Celestial, la Virgen María. El tuvo la fortaleza espiritual que le permitió soportar todas las enormes pruebas a las que fue expuesto. Y de todas salio vencedor, porque El es el Lirio de Dios, el carpintero elevado a un altisimo sitial en el Reino de Dios.
Contemplemos en esta película una versión de su vida, para nuestra alegría espiritual.
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