Me acerco despacito,
en puntillas de pié,
quiero ver, descubrir el misterio,
correr el velo que lo oculta.
Lentamente voy saboreando
el manjar divino
que me fortalece y ayuda
a asumir los embates de la vida.
En el camino
voy sintiendo Su presencia
“chispazos de cielo” gozo infinito,
regalo del Padre Dios.
Pienso, como María
“ha mirado mi pequeñez”
y respondo como ella,
“Hágase, según Tu Palabra”
Encarnarme en el mundo,
anunciarlo y llevar a Jesús,
compartir este encuentro,
que consuele y aliente a otros.
Porque hallé El Amor,
ese que me hace plena,
llenándome de felicidad,
de alivio y de esperanza.
María del Carmen Latorre
Rosario
Gracias María del Carmen. Siempre con el mismo empuje. Felicitaciones.
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