LA MUERTE DEL CISNE
Quiero hacer de mi existencia un canto de gratitud,
armoniosa melodía que en mi mundo disonante
vuelque un poco de alegría
y singular beatitud.
Y que no sea mi canto de tristeza o despedida,
sí presagio de esperanza en un mañana mejor
y convincente mensaje de que morir solo es
recostarse en un ocaso y dormitar junto al sol.
Quiero creer que los cisnes en el ritual de su muerte
no cantan porque de pena, tienen roto el corazón,
sino para transmitirnos con esa paz infinita
que élla es solo de esta vida, su más valioso eslabón.
Susana Piñeiro
Patagonia Argentina
Bello, bello tu poema amiga. Saltaron lágrimas de mis ojos. Dios bendiga tu vida y sientas esa paz infinita en la que crees. Te felicito. Elsa Lorences de Llaneza.
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