Cumbre
Mundial del Clima. Marchas en todo el planeta. El planeta en peligro.
GRITO
DE MADRE
Se
roban mis entrañas y las trafican,
se
visten con pieles de mis hijos,
violan
mis frutos o los acumulan,
pudren
mis raíces y nieblan mi sangre.
Y les
mando señales para que atiendan,
para
que entiendan, para que aprendan.
Hombres
de paja y acero, lobos esclavos de lobos,
idólatras
tecnológicos, sicarios corporativos.
Son lo
que destruyen: verdugos cosmicidas.
Atentan
a la herencia de milenios,
rompen
el predestinado equilibrio del Universo,
adulteran
los himnos astrales
que
oyen los niños, los cóndores y los delfines,
oscurecen
las avenidas galácticas
donde
circula la inteligencia de las estrellas.
Roturan
la parábola atlética del águila, del venado y el dorado,
encapsulan
la vigilia del Gliptodonte
y
usuran los sudores geológicos del petróleo,
capturan
las espumas eólicas,
perforan
el ozono insomne
y
envilecen los torrentes y arroyos.
Y les
mando señales para que atiendan,
para
que entiendan, para que aprendan.
Hombres
de barro y uranio, buitres amaestrados por buitres,
adoradores
de becerros imperiales, sofistas mediáticos.
Son lo
que violan: milicias caníbales,
que
mutaron el arca por el ghetto,
el
crisol por el cañón, el rayo por la picana
el
arado por la bayoneta, la paz por la peste,
el pan
por la cadena, el fuego por el napalm,
la
semilla por el virus, el bosque por el invernadero,
el
trigo por la cizaña, el templo por el cepo,
el
altar por el mausoleo y la riqueza por el mercader.
Colocan
celdas a los ríos y candados a los vientos,
sacrifican
los sonoros dominios de los bosques,
lesionan el contrapunto cíclico de la lluvia y de
humus,
de la
tempestad y de la palmera, de la rama y del rocío.
Perforan
el secreto esplendor de la montaña,
arrancan
las pupilas de lámparas minerales,
tinieblan
los prismas levitante del arco iris,
enferman
el vientre del agua y el alma del aire,
el
latido de las mareas y la liturgia de los océanos.
Y les
mando señales para que atiendan,
para
que entiendan, para que aprendan.
Hombres
de paja y antimonio, hienas rentadas por hienas,
lazarillos
de cíclopes, ilotas de verdugos.
Son lo
que rompen: legiones genocidas.
atrofian
las especies y los espacios,
alteran
los desoves y vulneran las placentas,
invaden
los cromosomas y giran los genes,
extirpan
los vigores y monetizan los embriones,
disecan
la raza y patentan la muerte,
secan
la fruta, sellan la savia y cegan el brote,
someten
la herencia y clonizan el hibrido.
Y les
mando señales para que atiendan,
para
que entiendan y para que aprendan.
Hombres
de paja y sulfuro, roedores afiliados por roedores,
mefistos
seriales, vampiros usurarios .
son lo
que roban: depredadores regimentados.
Bestializan
al átomo y fisionan el exterminio,
aterran
al colibrí y encallan la ballena
Desiertan
las florestas y engangrenan las
vertientes,
mutilan
el marfil y despojan al leopardo,
exilian
los cardúmenes y destierran las manadas,
Derriban
los bosques y erigen junglas acrílicas,
subestiman
la lógica de la hormiga, de la abeja y del hornero,
agreden
la sintonía de la luz y la clorofila,
siniestran
las cimas y las simas,
alienan
los códigos intuitivos de las eras y de los pueblos.
Y les
mando señales para que atiendan
para
que entiendan, para que aprendan.
Hombres
de paja y titanio, pericos semantizados por pericos,
acróbatas
cibernéticos, simoníacos televisivos.
Son lo
que quitan: mercenarios latrocínicos.
Violan
el vuelo y el ala, roban la sed y el agua,
cortan
el árbol y el nido, sangran la tierra y la sombra,
rompen
la piedra y el brillo, secan la flor y el olor,
saquean
el grano y el hambre, rasgan el pájaro y el trino
callan
el canto y la cuerda, ciegan la pupila y
la mirada,
y tapan el sol con el pulgar que los hace únicos en la escala animal.
Desacralizan
el asombro y enajenan los orígenes,
desafían
el sentido de los ancestros y la sabiduría del misterio,
deshonran
la genealogía planetaria y sus designios celestes,
desarmonizan
la maravilla viviente y los paraísos decisivos.
Descifran
la cábala de las galaxias y disgregan sus flotillas satelitarias,
que
sueñan civilizaciones de otras constelaciones
y
anuncian solidaridades con otras solaridades,
premeditan
la extinción de sus prójimos,
los
holocaustos de los diferentes y los genocidios de los semejantes:
perciban
los signos de la justicia sideral.
Escuchen
a una Madre que se agita y agota en su agónico llamado:
hijos,
háganme suya y los hago propios en mi placenta terrestre,
nacerán
de mi propio nacimiento y por su mismo nacimiento.
Son
templos de la divinidad, cálices cósmicos,
reinos
de arcanos vigentes. Ahora es el nombre del tiempo
para
unirlos al Grial del Universo en su amorosa alianza eterna.
No se
condenen, condenándose: fluyan con la Creación.
Bosco Ortega
Mil gracias Bosco. De terror lo que está pasando en el mundo, pero lo peor es que algunos países lo niegan. Mil bendiciones. Elsa.
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