sábado, 21 de septiembre de 2019

BOSQUÍN ORTEGA: MARÍA SANTÍSIMA MODELO DE MUJER, ESPOSA Y MADRE

MARÍA SANTÍSIMA ES EL MODELO PERFECTO DE LA MUJER, ESPOSA Y MADRE

ESPOSA María Santísima fue perfecta, santa y amorosa esposa de San José.
En Ella las virtudes humanas eran sobrenaturales (esposa del Espíritu Santo), pero tomando en cuenta el ser de esposas y esposos terrenales aplicaremos de la Carta a los Corintios (cfr. Cap. 7).
La esposa debe tener un verdadero amor de caridad al esposo que supone, entre otras cosas:
Paciencia … perseverando con constancia en aquel o aquellos buenos ideales que resulta difícil alcanzar por diferencia en: educación, criterio, opiniones y hasta de valores … y por medio de oración, de amor manifestado y evitando discusiones, tratar de convencer al esposo del bien que se persigue.
Ser servicial – atenderlo con alegría, prontitud y lo mejor posible, no dejándose llevar por los errores actuales, que, promoviendo la liberación de la mujer pretenden, entre otras cosas, que la mujer no debe atender al esposo.
No ser jactanciosa – no alabarse a sí misma, ni cansar al esposo con comentarios inútiles.
No ser engreída – no le presuma de su valer (imaginario o real) haciéndolo sentir inferior.
Ser decorosa – respetuosa de los gustos y aficiones del esposo, así como de sus familiares y amigos.
No olvide la esposa que la caridad es comprensiva y misericordiosa, que espera sin límites y perdona siempre.
• Madre es el Oficio y dignidad principal de la mujer, que le impone sagrados deberes (no olvidarlo nunca ya que actualmente se combate mucho esta gran dignidad de la maternidad).
El primero de estos deberes es el de aceptar de Dios y con gratitud aquellos hijos que quiera confiarle.
Hoy la mujer mundana desea ser esposa pero rehuye el honor de la maternidad.
El ritmo regulado de la vida de familia no le agrada; fatigarse para construir, piedra sobre piedra el edificio de la educación de sus hijos, es una empresa que no quiere asumir.

Hoy la maternidad se limita lo más posible y aun cuando se acepte, no se le considera con alegría, sino más bien como un paréntesis doloroso en el movimiento acelerado de la vida moderna que ofrece a la mujer otros atractivos.

La maternidad que se sacrifica y que en el plan de la Providencia debería colocar a la mujer en lugar muy alto, es hoy abiertamente rechazada como algo que no corresponde a esta época, corno la supervivencia de una mentalidad superada.
Y es que fuera del clima verdaderamente espiritual del cristianismo, hoy la maternidad es una función mecánica, determinada por el egoísmo.
Toda esposa cristiana, ante el dulce sacrificio de la maternidad, aun en medio de las angustias y de las dificultades de nuestros tiempos, debe repetir la palabra de nuestra Señora: “FIAT” … HÁGASE.
El Papa Pío XI, al recibir en una ocasión a unas madres italianas les dijo:
La primera gloria de la Virgen Santísima es que es Madre de Dios y Madre nuestra.
Ustedes tienen en su activo el ser madres tantas veces cuantos son los hijos que la Providencia les ha dado y confiado …
Hasta entregarles tantas vidas y tantas almas … ustedes deben confiar en El como El ha confiado en ustedes”
Otro deber de la madre es la educación cristiana de sus hijos. No debe olvidar que tienen necesidad de una educación paciente y constante, hecha de instrucción, corrección, vigilancia y de buen ejemplo.

¡Virgen Santa, excelsa Reina de todos los santos, tú que en el estado de Esposa y de Madre diste tan altos ejemplos de perfección, santifica a la mujer y con ella a la familia y a la sociedad. AMÉN.

Una intensa lección para las mujeres en estos días. Mil gracias Bosquín Ortega por tu envío. Mil bendiciones. Elsa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario