COLIBRÍ
Oh,
mensajero del cielo,
sigo
el vuelo, colibrí,
de
tu prisma en alto celo
y
a su anhelo de rubí .
El
suspenso de un instante,
flotante
jardín de Dios,
sube
a la aurora fragante
tu
vibrante luz veloz.
Tu
pluma de leve flama,
clama
el rezo guaraní,
el
aire es tu sola rama,
llama
verde, flota en ti.
Brilla
tu descalza huella,
brasa
bella, claro albor,
tu
destello, nada sella,
alada
estrella en fulgor.
Tu
fogata de plumajes,
celajes
de amanecer,
eleva,
su etéreo encaje,
a
un viaje de azul arder.
Serena
joya del viento,
monumento
en proporción,
escultura
y movimiento,
momento
de perfección.
Un
vértigo despacio:
chispas
de bilocación
todo
un monje del espacio;
levitante
floración.
Bosco Ortega
Balvanera
Hermoso poema al Colibrí Bosco. Sabes que yo hará dos años pude conocerlo en la Provincia de Córdoba. Teníamos el desayunador sobre un jardín con muchos árboles florecidos y todas las mañanas venía a la misma flor. Me subyugó. Tan pequeñito y tan hermoso se merecía un poema. Gracias Bosco. Bendiciones. Elsa.
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