LA DEVOCIÓN DE LAS 10 VIRTUDES
FOROS DE LA VIRGEN MARÍA.
La Virgen María
es ejemplo de virtud para los cristianos.
Y aunque aparece
poco en los evangelios, igual estos muestran esas virtudes.
Estas virtudes
evangélicas dieron lugar a la Regla de las Congregaciones Marianas.
Que también es
útil para el manejo de los laicos en su vida privada.
Y luego dio origen a la devoción de la Coronilla de las 10 Virtudes Evangélicas de la Santísima Virgen María.
Todo está fundamentado en los pasajes del Nuevo Testamento.Y en correspondencia con las Bienaventuranzas del Sermón del Monte en Mateo 5: 3-2.
Estás virtudes evangélicas fueron compiladas por las que hoy llamamos Congregaciones Marianas, que tuvieron su inicio en Santa Juana de Valois, del siglo XVI.
Las 10 virtudes evangélicas son la base de la regla monástica que creo Santa Juana de Valois, junto con el franciscano Gabriel María Nicolás.
Veamos cuáles son y cómo forman parte de la regla, para luego describir la devoción.
LAS 10 VIRTUDES EVANGÉLICAS DE LA VIRGEN MARÍA
CASTIDAD Y PUREZA
Regla 1: “Vivir en sí misma de un amor cordial, efectivo por Jesús sólo”.La pureza ocupa el primer lugar de las almas para complacer a Cristo, como sus verdaderas novias místicas y en imitación a la Santísima Virgen.
Esto se fundamenta en que mientras María estaba comprometida con José, un ángel se le apareció anunciando que ella había “encontrado el favor de Dios” y que, con su consentimiento, ella daría a luz a Jesús.
“¿Cómo puede ser esto?”, preguntó, “¿si yo no conozco a un hombre?” (Lucas: 1: 27-34).
Y por su parte José preocupado por el embarazo de María, se sintió seguro de la pureza de María cuando un ángel le dijo:
“José, hijo de David, no temas llevar a María a casa como tu esposa, porque lo que se concibe en ella es del Espíritu Santo” (Mateo 1: 18-20).
En esta regla Santa Juana dice que hay que evitar la ociosidad, la embriaguez, las compañías sospechosas y los adornos vanos.
PRUDENCIA
Regla 2: “La sabiduría y la
prudencia perfectas: saber agradar a Dios”.
La Virgen María fue muy
prudente porque pensó las dificultades que podría tener cuando
Gabriel le hizo el anuncio.
Guardó sus palabras en el
corazón, huyó a Egipto para darle seguridad a su hijo y volvió
cuando la muerte de Herodes.
Esto se evidencia
evangélicamente cuando Jesús se perdió a los 12 años y lo
encontraron en una sinagoga predicando.
María preguntó:
“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y
yo hemos estado buscándote ansiosamente”.
Jesús regresó con sus padres.
“Pero su madre atesoraba todas estas cosas en
su corazón” (Lucas 2:49, 51).
María no amonestó a su Hijo
y aceptó prudente y silenciosamente lo que no entendía del todo.
En esta regla las recomendaciones de Juana son reflexionar antes de abrir los labios, estar en
guardia contra las mentiras y las conversaciones tontas.
HUMILDAD
Regla: “Que las hermanas se
comporten con humildad, que obedezcan con simplicidad”.
La Virgen María siempre fue
muy humilde para agradar a Dios, al punto que se turbó y
atemorizó por la alabanza de Gabriel y le contestó “Yo
soy la sierva del Señor. Que se haga en mí como tú dices”.
Cuando María visitó a Isabel,
que estaba embarazada de Juan el Bautista, esta le dijo “Bendita seas entre las mujeres”
Y María le respondió,
“Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se
regocija en Dios mi Salvador, porque ha sabido la humildad de su sierva”
(Lucas 1: 40-48).
Por lo tanto María no se jactó el papel
que iba a jugar sino que lo refirió a un agradecimiento a Dios.
Hay una verdadera humildad
cuando una persona se pone triste y preocupada cuando la alaban.
En contraposición con el
orgulloso del que se siente alegre al recibir elogios.
FE
Regla 4: “A ejemplo e
imitación de la Virgen: ser firme en la fe”.
María fue muy firme en la fe,
desde que concibió al hijo de Dios con humildad y obediencia.
Y esto es reconocido por su
prima Isabel qué le dice “Bendita sea la que confió en
que las palabras del Señor se cumplirían”.
Podemos ver su fe en las
bodas de Caná, cuando se acabó el vino y María, con plena
confianza en su Hijo, les dijo a los sirvientes: “Haced
lo que Él os diga” (Juan 2: 5).
Su fe en Jesús era tan fuerte
que Jesús le había dicho un momento antes: “Mi hora aún no ha llegado”.
En la imitación de María es central tener, fe porque sin fe es imposible agradar a Dios.
DEVOCIÓN Y
ALABANZA
Regla 5: “Sobre todo:
aprender el arte y la ciencia de la alabanza divina y de la oración”.
La Virgen María siempre alabó
a Dios y cada año subía a Jerusalén para las fiestas.
Y en su frase del Magnificat
esto queda claro “Mi alma proclama la grandeza
del Señor”.
Además no hay duda que María
era una mujer de oración.
Porque después de la muerte de su
Hijo, ella y los apóstoles ” se unieron constantemente
en oración” (Hechos 1:14).
Además el Magníficat y el Rosario
proporcionan ejemplos sobresalientes de su oración mariana.
Por eso Santa Juana decía que las almas devotas deben aprender el arte y la
ciencia de alabar a Dios y de orar.
OBEDIENCIA
Regla 6 “Sin la obediencia,
no se puede concebir el bien, ni hacer ninguna buena obra”.
María fue siempre obediente
porque concibió a su hijo por obediencia a Dios.
Por obediencia a las leyes
se presentó con su hijo al templo para la purificación.
Y en obediencia al César
fue a Belén para el censo.
Quizás el dato más obediente que
tenemos en la Biblia sobre María es cuando le dijo a Gabriel “Hágase en mí según tu palabra” en
la respuesta a la invitación de Dios para que conciba a Jesús (Lucas 1:38).
La regla de Santa Juana dice que hay que obedecer a Dios siguiendo los 10
mandamientos.
Y al finalizar el día
presentar el trabajo a Dios y su obediencia a Los Superiores.
POBREZA
Regla 7: “Las hermanas deben
amar y guardar con cuidado la perla evangélica de la pobreza”.
La Virgen María vivió su
pobreza para agradar a Dios.
El caso más claro
es que se alojó en una cueva de animales para dar a luz a Jesús y lo hizo llena
de agradecimiento.
María dio a luz a Jesús en un
pesebre, entre animales, y envolvió a su hijo en pobres pañales,
porque no había lugar para la Sagrada Familia en la posada (Lucas 2: 7).
Santa Juana de Valois y decía que sin la pobreza los fundamentos de la perfección
se arruinan.
PACIENCIA
Regla 8: “Si Dios tarda un
poco a escucharlas o a dejarse encontrar, que las hermanas, entonces perseveren
en buscarle. Que deseen sufrir algo por el Nombre de Jesús”.
La paciencia de la Virgen
María se ejemplifica en que soportó la persecución de Herodes y
los judíos, y la desaparición de Jesús durante 3 días cuando era adolescente.
El episodio bíblico
más relacionado con la paciencia fue qué María observó la crucifixión de Jesús
con paciencia y soportando su dolor.
El evangelio dice “Cerca de la cruz de Jesús
estaba su madre” (Juan 19:25)
Por eso Santa Juana dice que las almas deben regocijarse cuando sufren
persecución injustamente.
Y además ser pacientes cuando Dios no
responde a las súplicas rápidamente, esto implica la necesidad
de perseverancia.
PIEDAD,
CARIDAD, MISERICORDIA
Regla 9: “Todo lo que hacen
sin amor, lo pierden”.
La Virgen María siempre tuvo
el amor y la caridad más ardiente, piadosa y misericordiosa.
Lo que puede vislumbrarse en
como actuó en el nacimiento de Jesús, en la persecución de Herodes, en las
bodas de Caná.
El Ave María
termina con las palabras: “Ruega por nosotros ahora y
en la hora de nuestra muerte”.
Y la Salve
comienza con las palabras: “Dios te Salve, Reina Madre
de la Misericordia”.
Y también pide “vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos”.
En esta regla Santa Juana pide a sus hermanas piedad, caridad y misericordia hacia los demás,
porque son la representación de Jesús.
COMPASIÓN
Regla 10: “Que sean conformes
a Cristo su esposo y a su Madre”.
La Virgen María siempre
estuvo triste y compasiva por la muerte de su hijo.
Porque sentía en su corazón
las palabras de Simeón cuando la presentación del niño en el
templo “En cuanto a tu propia alma, tendrás una espada
para traspasarla” (Lucas 2:35).
Por eso ella será conocida por una de sus grandes advocaciones, la Mater
Dolorosa o Nuestra señora de los dolores.
Qué evoca el episodio de Simeón y
la contemplación de la pasión de Jesucristo en la cruz.
Santa Juana pedía a sus hermanas la perfección de las almas, en su compasión,
mientras vivan en este valle de lágrimas.
Estas 10 virtudes de la Virgen María evidenciadas por los
evangelios dieron lugar a la devoción de la Coronilla de las 10 Virtudes
Evangélicas de la Santísima Virgen María.
LA
CORONILLA DE LAS DIEZ VIRTUDES EVANGÉLICAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Estas oraciones se conciben debido a la regla de las 10
virtudes de la Santísima Virgen María, que es una tradición comenzada por Santa
Juana de Valois.
El recitado de la devoción se comienza haciendo la señal de la Cruz.
Luego recitamos un Padre Nuestro.
Seguido de diez Avemarías.
Y al final de cada Avemaría,
cuando dice “Santa María, Madre de Dios”, se agrega en cada avemaría una
virtud, en este orden:
Purísima
Prudentísima
Humildísima
Fidelísima
Devotísima
Obedientísima
Pobrísima
Pacientísima
Misericordísima
Dolorosísima
Prudentísima
Humildísima
Fidelísima
Devotísima
Obedientísima
Pobrísima
Pacientísima
Misericordísima
Dolorosísima
Y se continúa el Avemaría
…”ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte”.
Luego se reza el Gloria.
Y después esta jaculatoria:
V. En Tu Concepción, Oh Virgen María, eras Inmaculada.
R. Ruega por nosotros a Dios Padre, Cuyo Hijo, Jesucristo,
trajiste a este mundo.
Y se termina con la oración:
Padre omnipotente, preparaste a la Virgen María para ser
la madre digna de Tu Hijo.
Le permitiste compartir de antemano la Salvación que
Jesucristo nos daría con Su muerte, Resurrección y Ascensión.
Y la mantuviste sin pecado desde el primer momento de su
concepción.
Ayúdanos con sus oraciones a vivir en Tu presencia sin
pecar.
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor,
en la unidad del Espíritu Santo. Amén
V. Inmaculada Concepción de la Virgen María
R. Sé nuestra salud y protección. Amén
Mil gracias Bosco Ortega por este Artículo de los Foros
de la Virgen María. El Señor te bendiga. Amén.
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