San
Pío de Pieltrecina, más conocido como el Padre Pío, es uno de los
grandes santos de nuestro tiempo. Convivió durante medio siglo con los
estigmas de la Pasión, tenía el don de la bilocación así como el de
profetizar y conocer el interior de las conciencias. Confesaba durante
horas hasta quedar exhausto y durante años se enfrentó físicamente y de
manera frecuente a los ataques del demonio.
Este
religioso, Piero Catalano, perteneciente al movimiento de los Focolares
y que se ordenó sacerdote en 1988, es también párroco de San Juan
Nepomuceno y San Felipe Neri en Villa Arangea. En una entrevista en el
Corriere della Sera cuenta que durante años se preparó como exorcista
con el padre Amorth, el mayor exorcista del siglo XX.
Durante las sesiones de exorcismo, el Padre Pio se presenta para asistirlo, para terror de los demonios.
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