Señora de mis recuerdos, durante estos largos años
pensé en escribirte en verso una carta a tus encantos,
mas lo difícil del caso ocurre, que aunque el lenguaje
es tan amplio y tiene palabras de sobra, nunca
encontré la palabra para describir de un golpe
esa mágica mirada que descubrí tantas veces
en tus ojos soñadores.
Aun cuando era un chiquillo, recuerdo que me gustaba
hacerme pronto el dormido para sentir que llegabas,
y con tus manos de seda y tu boca como flores,
me dabas esa caricia creyendo que ya dormía, aquel beso
que mas tarde me enseñaría de la vida la ternura mas sublime,
ese beso de la noche, esa caricia sentida que durante muchos años,
fue mi mas feliz rutina.
Mas tarde, cuando la vida fue cambiando en mis adentros,
el sismo que me movía, tu parecías entenderlo,
y con es mueca tuya que no he de olvidar de cierto,
sonreías, y del lado al levantarme la ceja, siempre tenias la palabra
para apaciguar mi queja, fueron corriendo los años,
y los problemas sencillos, los de niño y jovenzuelo
pronto quedaron muy lejos, y vinieron otros nuevos
Me recuerdo aquella tarde cuando tan lleno de pena te dije
"Voy a casarme" Tu, me miraste serena y con ese aire tan tuyo,
no replicaste con nada la decisión alocada, y pareciste entenderlo
del todo con la mirada, sabiendo que de esa empresa, no se lograría nada;
y al pasar ya tantos años me di cuenta simplemente, que tu intuición
vieja linda te dijo lo pertinente, te recargaste del todo en ese tu viejo refrán,
y me dijiste serena "El agua y el aceite jamás, se mezclaran"
¡ Cuanto tiempo habrá pasado señora de mis recuerdos!,
no, no me di cuenta del tiempo, hasta que buscando encuentro
tu dirección en un sobre, y para evitar que esta carta
se perdiera en el camino, o llagara tarde a su dueña,
yo mismo señora mía, yo mismo fui tu cartero, y ahora,
ahora la estoy leyendo sentado sobre la tumba que fría guarda tus restos,
mas ¿La escuchas bien mi vieja? ¿Si sabes que como siempre tuviste
la fuerza clara en tu palabra de santa? Acertaste casi en todo,
y yo, yo que me tarde tanto para escribir esta carta.
Al no poder encontrar esa mágica palabra que te describiera plena,
en ese tu mundo de magia, ahora que ya tengo hijos, te lo digo madrecita
¡Ya comprendí la palabra! y parece no decir nada, mas en su decir encierra
ese mundillo de magia que viven todas las madres que como tu,
hacen gala de la profesión mas santa, ¿La palabra que buscaba?
ERA AMOR, PALABRA GRATA
EDUARDO MARTÍNEZ ZENDEJAS
MEXICO
Te envió con mucho agrado este poema Elsi, que me gusta mucho por su decir.
Mil gracias Eduardo por el poema y por tu saludo. Quiero comunicar a nuestros lectores que, hace unos días fue el día de la Madre en México y que Eduardo me saludó con este poema que me encantó. Aquí en Argentina el día de la Madre es el tercer domingo de Octubre. Bendiciones amigo y gracias nuevamente. Elsa
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