Estaban los doce
encerrados con María
sopló un viento tan fuerte
que la casa se movía.
Vieron sobre sus cabezas
llamas de fuego prendidas,
a partir de ese momento
el miedo ya no existía.
Salieron a predicar
hablaban lenguas distintas
y todos los comprendían,
anunciaban a Jesús
camino verdad y vida.
Que sople sobre nosotros
un nuevo Pentecostés
para renovar la vida
y fortalecer la Fé.
Concepción Costantino.
Gracias Concepción. ¡Es un esfuerzo tan grande este que hacés! Dios tiene que compensarte con el Espíritu Santo y la salud de tus ojos. Que María te cubra con su manto.
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