A José Gabriel del
Rosario Brochero, Beato Argentino.
Lleva a Cristo en la
montura,
jinete de conversión,
en busca de la
criatura
que clama su
salvación.
Por su iglesia hecha
en galope
sube montes la Verdad
y en la cumbre de su brote
nace un templo de bondad.
En el silencio
serrano
alza su reino de amor,
detrás de un sueño
mariano
su alma siembra su
fervor.
Un paisano misionero,
un Loyola cordobés:
el santo Cura
Brochero,
noble obrero de la
mies.
Con sotana y con
espuela
en la grupa y el
altar,
el trabajo fue su
escuela,
la pobreza, su solar.
El cuerpo en agonía,
plena llaga del
dolor,
la noche en pleno día
agradece a su Creador.
Sin queja por su
destino
alaba y carga su
cruz,
holocausto peregrino:
dona sus ojos sin
luz.
Letra y Música: Bosco
Ortega
Bellísimo Bosco. Mil gracias.
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