Hay que vivir la
vida con alegría
porque somos
hermanos, hijos de Dios,
y aunque las
penas duelen y nos lastiman
se alivian con la
gracia que da el Señor.
Si buscas ser
feliz aquí en esta vida
mira siempre
primero a tu alrededor,
si ves que alguno
sufre y se desanima
ofrécele tu ayuda
con mucho amor.
Verás que
haciendo el bien a quien necesita
crece en tu alma
un gozo de bendición,
tus penas se
reducen o se terminan
porque las ha
curado Nuestro Señor.
Vivir con
esperanza y en armonía
porque somos
cristianos es lo mejor,
el Espíritu Santo
nos ilumina
el camino que
lleva a la salvación.
Hay que vivir la
vida con alegría
dando felicidad,
mucha paz y amor,
plantando bellas
rosas, quitando espinas
se quita la
tristeza del corazón.
Raquel Olay de
Leanza
-Octubre 2014-
Café literario de
Neuquén
“Refugio del
silencio y la Palabra”
Gracias Raquel. Un saludo para tus compañeras del Café.
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