Sos la gema más preciosa
que en la Iglesia está engarzada,
joya de inmenso valor
María Inmaculada.
Nada ni nadie pudo mancharte
siempre fuiste preservada,
por ser Madre del Salvador
María por Dios amada.
Es pura el agua del manantial,
es pura la nieve blanca,
más no se compara con nada
tu Alma Inmaculada.
La ternura fue tu emblema,
la santidad su morada,
la fidelidad a Dios
tu cualidad más sagrada.
Madre de nuestro Señor
a nosotros fue
entregada,
al pié de la Santa Cruz
María Inmaculada.
Raquel Olay de Leanza
Café Literario de Neuquén
“Refugio del silencio y la Palabra.”
Gracias Raquel. Hermoso. Un saludo al toda la gente del Café. Bendiciones
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