Por culpa de una mujer
perdimos el Paríso.
¡Qué tremendo lío hizo!
El Creador se enojó y
al mundo nos mandó
para ganarnos el pan
con sudor y sacrificio.
Pero cumplidos los tiempos,
Dios mandó al mundo a su hijo
nacido de una mujer
y por amor a su amada
nos hizo la gran promesa
de volvernos el Edén
a todos los que crean que:
Su hijo Nació en Belén.
Concepción Costantino
Corto, dulce y preciso Concepción. Como todos tu poemas. Gracias
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