Sentí su pequeño ser
que en mi entraña se formaba,
ya mi amor los envolvía, ya mi amor los acunaba...
Sus piecitos que golpeaban
abrían mi corazón a ternuras ignoradas...
Los abracé con dulzura
después de su primer llanto...
Con los ojitos cerrados sus boquitas me buscaban...
Y amé ese primer encuentro
que ningún encuentro iguala...
Mi leche, mi corazón, toda yo me derramaba...
Y mis ojos de mirarlos nunca, nunca se cansaban,
contemplando su hermosura
las horas se me pasaban...
Me robaba el corazón
su pequeñez, su inocencia y esa total confianza
en el amor de su madre
que aprendía en sus miradas
que aprendía en sus miradas
a cuidarlos despacito,
a caminar inclinada...
a caminar inclinada...
¡Y los ajó y las sonrisas y la risa a carcajadas!...
Y un idioma todo nuestro
de palabras inventadas,
de palabras inventadas,
palabras que en la memoria
resplandecen con nostalgia...
resplandecen con nostalgia...
Sus pasitos y sus juegos,
sus por qués que no acababan...
La escuela y los amiguitos,
risas, penas, pucheritos... Caramelos y manzanas...
¡Caras sucias tan dichosas
con moquitos que asomaban!...
con moquitos que asomaban!...
Las vacunas, los remedios,
los deberes... ¡las mascotas que dormían en la cama!...
Los veranos, la pileta,
los juguetes, los dibujos,
las cartitas que decían
cuánto, cuánto que me amaban...
las cartitas que decían
cuánto, cuánto que me amaban...
Los paseos y las bromas,
regalos de navidad y los huevitos de pascua
y cada tanto correr
a ese globo que escapaba...
Y esas tardes de cocina
que con tortas y masitas
tantas veces perfumaba
para gozar la alegría de sus caritas amadas...
Bien lo saben, hijos míos,
me hice madre cada día,
entre aciertos y macanas...
entre aciertos y macanas...
Con ustedes mis entrañas
van latiendo en la incerteza...
Con ustedes aprendí que es tan sólo la ternura
la que sabe abrir las puertas...
¡Gracias por ser en mi vida
el amor hecho existencia!...
el amor hecho existencia!...
Por convertirme en regazo
que los abraza y los besa,
que los abraza y los besa,
que los espera en el día
y que a la noche,
en silencio,
y entre oraciones los piensa...
y que a la noche,
en silencio,
y entre oraciones los piensa...
Rosa Dávalos
¡Feliz día de la madre! Les regalo esta poesía para mis hijos en este día. Con mucho cariño, Rosa
Ay Rosa, Rosa. Me hiciste revivir mis sentimientos por mis hijos. Hermoso gracias. Elsa
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