Dulce Madre de Dios, Madre querida
tierna presencia para el que camina
por los tramos oscuros de la vida,
escucha Madre lo que con fe te pido
con la confianza de un pequeño niño...
"Quiero María, sentirme más unida
a tu humilde condición de ser
discípula
de Aquél que misteriosamente
te eligió como madre y como guía.
Quiero María estar siempre a tu lado
en el llanto y también en la alegría
y aprender de tu manso rumiar
en las cosas que aún no comprendías...
Con la sumisa actitud del que se sabe
pobre y necesitado de su Dios,
con la serena paz de los que creen
que Él no deja de cuidarnos con Su
Amor.
Y al meditar en la Vida de tu Hijo,
hallar la fuerza necesaria para amar
y restaurarme en cada Eucaristía
Sustento que me
ayuda a continuar.
Y como vos, también yo, dulce María
alegrarme en Su Resurrección
y abrazarme a El en cada cruz
sublime signo de Su infinito Amor".
Susana Mirta Piñeiro de
Valli
Plottier (Prov. del
Neuquén)
Gracias Susana por este hermoso poema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario