UNA CRUZ OLVIDADA
Hasta
que decidì colgarla en la pared, la hermosa cruz con un Cristo
sufriente tallado en madera anduvo olvidada de cajón en cajón,estorbando
como si la cruz y Cristo molestaran,la belleza de su talla no era suficiente para que se luciera.
Cuando
en mis noches desveladas buscaba mi libro favorito el Cristo me miraba
suplicante, su resignación a seguir oculto era inquietante.
Nos miràbamos... y yo indiferente lo volvia a encerrar.
Después de varios dias, una luz que no sabria definir envolvió la casa, tenia destellos azules, era muy bella!
Ahora la cruz y su Cristo desde la blanca pared,
protegen esta alma solitaria...
Autora
Ines Gallardo Grau
Gracias Inés. ¡Cuántas veces olvidamos a Cristo aún teniéndolo en casa!
muy llegador el relato
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