Ante un río profundo
de existencia milenaria,
reflexiona un hombre
de canosa edad.
Atento el oído
al latir del lugar
se pregunta:
-¿es posible alcanzar
felicidad y paz?
Y como discípulo
de peregrino andar
con convicción responde:
-¡sólo Dios lo da a quienes
con confianza se lo piden
sin otra cosa esperar!
¡Señor! ¡Divina Trinidad!
¡Cuánto vale tu esencia
para el alma del hombre
en la temporalidad!
Amén
Miguel Ángel Migliarini
Café Literario del Padre Hernán
San Nicolás de los Arroyos
Miguel Ángel Migliarini desde la tierra de María. San Nicolás.
FOTÓGRAFA: Damna Pérez Madrid- España
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